Valledupar: La del Cielo Azul, la brisa de la Sierra y el Río Guatapurí

Tal vez corría el año 2009 y una mañana mientras me trasladaba a mi lugar de trabajo en el bus que me movilizaba, escuche en la emisora que llevaba sintonizada el conductor una voz muy melodiosa con acento costeño que cantaba:

“Porque el folclor de mi Valledupar
Donde el amor nace en mil corazones
Se eternizó en el alma del Cesar
Y en la alegría de mil acordeones.

Ya no hay casitas de bahareque
Se llenó el Valle más de luces
No venden ya arepita e’ queque
Merengue, Chiricana y dulce”.

Ese día sin saberlo cree una conexión con esta hermosa ciudad, Valledupar, la del Cielo Azul, la brisa de la Sierra y el Río Guatapurí. Ese día no sabía, pero esa canción contaba una historia de cómo es la capital Vallenata. Inicialmente los cantantes de vallenato eran juglares que iban de pueblo en pueblo llevando en sus interpretaciones los sucesos más importantes de toda la provincia.

En mi caso el canto que le dedicaban a una mujer, no se quien sea, pero con seguridad existe en la vida del autor, sirvió para engancharme con la ciudad que conocería en el año nuevo de 2022; Durante mucho tiempo me quedé con la parte de la canción que dice “Ya no hay casitas de bahareque, Se llenó el Valle más de luces, No venden ya arepita e’ queque, Merengue, Chiricana y dulce”.  Trece años después de escuchar por primera vez la canción tuve la oportunidad de visitar y empezar a conocer a Valledupar y conocí las casitas de Bahareque ubicadas en el centro histórico, degusté algunos de sus ricos platos típicos, me extasíe con el cielo de color azul que sirvió como fondo para todas mis fotografías, me sorprendí con la floración amarilla del árbol de Cañaguate los cuales adornan sus calles y también pude sentir en mi piel el agua del Río Guatapurí.

Ya había leído sobre el mito de la sirena del Rio Guatapurí, donde cuenta que una niña en un jueves santo había desobedecido a sus padres quienes le dijeron que no podía bañarse en las aguas del río. Al momento de leer la historia no lograba comprender porque esa niña había tomado esa decisión.

Antes de llegar al Guatapurí había tenido la oportunidad de sentir en mis manos el agua del río Badillo y ver sus majestuosas rocas que lo hacen ver imponente aun en verano. Alguien me dijo quien se mete al Guatapurí no se quiere salir; y efectivamente así fue.

Camine un par de calles antes de llegar al río y entrar por la zona del puente peatonal. Había carpas con ventas de comidas y ya el caudal se hacía sentir con un fuerte sonido, las rocas grandes aparecieron y el cielo azul terminaba de pintar esa escena. Hasta ese momento subestimaba la leyenda de la sirena.

Al llegar a la orilla en compañía de mi esposa e hija me senté sobre una roca y solo metí mis pies al agua, la sentí fría pero agradable, muy cerca y sobre la orilla había muchos peces que se movían rápidamente en busca de alimento. Ya estaba allí y aun no me decidía a darme un chapuzón en las aguas del Guatapurí; además debo aclarar que no soy muy amante de este tipo de actividades, soy más un hombre de tierra que de agua. En ese momento me quedaban solo 90 minutos de un paseo que había iniciado el 02 de enero de 2022 y ya estaba en el 05 de enero y eran aproximadamente las 10 am.

Al ver a mi alrededor y pensar “ya estoy aquí no como no darme un chapuzón… y quien sabe cuándo pueda volver hasta acá” me decidí, me acerque a mi hija y le dije vamos a darnos un baño en el Río. Ella se emocionó mucho y tomo mi mano para caminar río adentro. Lo primero fue sortear el pequeño cardumen de sardinas y cachamas, tres pasos más adelante había dos rocas grandes que las cubrían el agua, allí el agua ya me daba en la rodilla, el cuarto paso puso el agua en mi cintura y el pecho de mi hija; finalmente después de cinco pasos ya estaba en la mitad del río en ese sitio que le llaman el puente peatonal.

Sujetaba a mi hija mientras ella se sumergía y salía para dar patadas e intentar nadar, pero la corriente le ganaba; mientras tanto yo seguía pensando si me mojaba totalmente. En ese momento ya no había vuelta atrás. Me repetí con determinación no vas a llegar hasta aquí para quedarte con el agua a la cintura, fue en ese instante que me lancé contra la corriente sumergiendo todo mi cuerpo y sentí el agua fría del Río Guatapurí. Esos pocos segundos, tal vez dos, fueron un flashback y recordé cuando me decían que el que se bañaba en las aguas del Guatapurí no se querría salir y recordé rápidamente la historia de la sirena.

Al salir sentí de inmediato el aire fresco, aquí debo hacer una escala térmica con mis palabras para poder describir la temperatura del aire: imagínense un aire cuya temperatura es el límite entre templado y frio…no es tibio, pero tampoco es frio, así es la brisa de Valledupar que viene directamente de la Sierra Nevada de Santa Marta, la que en años atrás era cubierta por nieve perpetua en sus picos más altos.

Fue en ese preciso instante cuando salí a flote que entendí la razón por la cual la niña de la leyenda desobedeció a sus padres y un jueves santo se dio un baño en las aguas del Guatapurí. Creo que sentí, así como sintió ella como después del chapuzón frio en el agua, el aire fresco la cobijaba y la motivaba a quedarse.

Hoy de regreso a casa la nostalgia me invade y deseo volver al Valle, porque allá todo está lleno de historias cantadas al ritmo de caja, guacharaca y acordeón; además porque el que se baña en el Guatapurí…vuelve. Así como al inicio de este relato hice referencia a una estrofa de Nació Mi poesía, debo cerrar con un estribillo que dice “Ay vamos a llenar de cariño los amaneceres del Valle” … esta será seguramente la continuación de una nueva visita a Valledupar.

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Mi Primera vez en el Estadio… Como Papá

Algunas veces los sueños salen tal cual los soñamos, pero muchas veces se dan con ciertas variaciones. Este último es mi caso.

Esta historia se desarrolla donde la había soñado tal vez hace unos 20 años atrás, en el estadio Pascual Guerrero de Cali. En el sueño estaba con quien imaginaba que podría ser mi hijo, llevándolo en hombros con una camisa verde del Deportivo Cali y caminando por la calle contigua a la caseta La María. Cuando digo que los sueños algunas veces salen tal cual los soñamos, es porque es así, poquísimas veces se dan tal cual; en mi caso solo se dio lo de ir al estadio con mi retoño.

20 años después no soy padre de un hijo, sino, de una hermosa niña; no llegue con ella en hombros porque finalmente fuimos al estadio por primera vez cuando ella tiene 8 años y no vestía una camiseta del deportivo Cali, sino de la Selección Colombia; y para completar el equipo el que se viste de verde y lleva el nombre de la ciudad hoy cuenta con estadio propio, el cual está mas cerca de Palmira que de Cali y para llegar hasta allá ya me da pereza.

Cuando me di cuenta que la Selección Colombia de Futbol Femenina jugaría un partido amistoso en Cali inmediatamente supe que era el momento de ir con mi hija al estadio y a mitad de semana salí con ella a comprar las entradas, dado que el juego estaba programado para el sábado 23 de octubre de 2021 a las 5:00 pm.

Ahora solo debíamos esperar el momento y ella quien era la protagonista de esta esperada salida, inmediatamente se dio cuenta que iría al estadio busco en su guarda ropa cuál de las camisetas de la selección Colombia usaría; como es la vida se encontró 2 camisetas de Colombia, 1 de Boca Junios que usaba cuando probó suerte en un equipo de futbol del barrio, pero aún no tiene la del Deportivo Cali; tal vez porque aún no hemos ido hasta Palmaseca a verlo jugar.

Las horas previas al encuentro nuestra ciudad se vio sorprendida por una tremenda lluvia que trajo vientos fuertes, granizo, lluvia fuerte y en algunos sectores tormenta. Era el medio día y la ciudad se veía como si fueran las 6:00 de la tarde… estaba muy nublado y con la lluvia, las calles inundadas y algunos sectores sin energía eléctrica llegue a pensar que no podríamos ir.

Finalmente salimos a eso de las 4:00 de la tarde hacia el estadio que está a unas 12 calles de nuestra casa, pero el recorrido de ida lo hicimos en un taxi ya que ella estaba un poco ansiosa y no quería caminar. Siempre le he dicho que al estadio se va caminando; otra razón más para decir que los sueños muchas veces no salen como los soñamos, ya que para ver a nuestro equipo debemos ir a una ciudad vecina llamada Palmira.

Con la requisa de rigor, extrema por demás debido a los vándalos que entran al futbol vestidos con los colores de los equipos, entramos por primera vez al Olímpico Pascual Guerrero; ella no lo supo, pero lo sabrá cuando lea esta crónica, y es que en mi garganta se hizo un nudo, mis ojos se hacía agua y mi corazón se aceleraba a medida que buscábamos nuestro lugar en la tribuna oriental.

El estadio tenía grandes parlantes que amplificaban la música de moda y ella no lograba escuchar mi voz entrecortada, pero así estaba, mis emociones a tope y ella algo timada observaba mientras yo secaba las sillas donde nos sentaríamos, ya que debido a la lluvia que había caído horas antes todo estaba mojado.

El encuentro entre las Selecciones de Chile y Colombia femeninas inicio y a medida que avanzaba el partido mis emociones se fueron regulando, ella observaba y mientras tanto yo le enseñaba cosas que sucedían en medio del juego.

 Del partido debo decir que ellas, Las Chicas Super Poderoras, definitivamente tienen aquello que le hace falta a la selección absoluta masculina de mayores, ellas tienen técnica, pero sobre todo tienen la decisión de ir al frente a ganar. No daban un balón por perdido, eran solidarias en las posiciones del campo de juego, había conexión entre cada una de las líneas de juego, pero sobre todo se veía una gran conexión entre el medio campo y el ataque. Alrededor nuestro todos eran expertos y hacían comentarios como si fueran expertos jugadores de futbol; pero al final eso solo era su ego de machos que no los dejaba tranquilos al ver a las jugadoras sacar adelante un juego que por largo tiempo se ha dicho que es para hombres.

Volviendo al momento que compartía con mi hija, llego el momento que me dijo “este futbol si me gusta, y el de los hombres no tanto porque son muy bruscos” y me pidió que volviéramos al estadio. Por lo tanto, llego el momento de compararle una camiseta del Deportivo Cali y disponernos a viajar para llegar hasta el estadio que está a unos 70 minutos de nuestra casa.

Durante el encuentro las emociones estuvieron a flor de piel y sobre todo verla disfrutar los momentos del partido, pero sobre todo ver como ella celebraba los dos goles que nos regaló la selección Colombia fue indescriptible. Definitivamente fueron 90 minutos de mucha emoción.

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RUTA: MURALES DE SILOÉ

NACE UNA IDEA

Hace treinta y nueve meses trabajo con la comunidad de la Comuna 20 de Santiago de Cali, eso es tres años y tres meses; Yo soy Profesor en la Institución Educativa Multipropósito y cuando llevaba tal vez tres meses en mi lugar de trabajo uno de mis compañeros, quien además es habitante y líder comunal de la comuna 20, programó una salida pedagógica con un grupo de estudiantes. El propósito era caminar las calles para reconocer sus lugares y generar en los estudiantes sentido de pertenencia por el territorio que ocupan.

Ese día aprendí y viví muchas de las cosas que un estudiante o habitante de la loma, como se le llama al Gran Siloé, debe lidiar todos los días. Ese día comprendí lo duro que resulta caminar por sus calles, callejones y escaleras, se debe tener un estado físico óptimo para subir y bajar.

Luego tuve la oportunidad de cubrir un evento de Downhill que iniciaba en el tanque de la estrella y finaliza en el plan, así se le llama a la parte baja de la loma, a un lado del parque de la horqueta. Aquel día me llamó la atención la cantidad de graffitis y murales que me encontré en el camino de bajada. Mientras bajaba tomando fotos nació la idea de recorrer las calles identificando los murales y entrevistar a los artistas para que me contaran qué los motivó a llevar a cabo esas obras. Esto fue en diciembre de 2018.

Luego fui en un recorrido de identificación del territorio con algunos maestros compañeros y estudiantes y este recorrido finalizó con un gran almuerzo en el parque del Muro «Yo Amo A Siloé» mientras se llevaba a cabo la actividad me propuse hacer el documental de los murales… Esto fue por allá en agosto de 2019, pero entre ocupaciones laborales y otros proyectos audiovisuales fui postergando la realización de esta idea.

LA CUARENTENA

El año 2020 inició y con él llegaban nuevos propósitos, que la consolidación de la ruta de avistamiento de aves del embalse del Río Cañaveralejo, que los murales de Siloé, que la marca de ropa, que los proyectos audiovisuales con mis estudiantes del colegio, pero de la nada un eco que llegaba de la China empezó a convertirse en una realidad latente para la China, Europa y rápidamente para América y finalmente para Colombia. Un tal Covid 19 nos mandó a encerrarnos en casa para cuidarnos y evitar contagiarnos de un virus que para esos días era mortal.

Ahora estaba con mucho tiempo que repartía entre atender a mis estudiantes a distancia y pensar cómo era todo antes de ese marzo 15 de 2020 cuando nos mandaron para la casa con un sálvese quien pueda.

Debo confesar que pasaron muchos días antes de sentir ganas por tomar mi cámara y registrar algunas fotografías. Aunque en casa estábamos bien de salud, nuestras emociones no estaban al 100%. Un día Jorge Orozco, amigo y fotógrafo, propuso en el grupo de WhatsApp de CaliObtura, un reto de fotografía al cual me le medí y después de casi 3 meses saqué mi cámara y asumí con responsabilidad este reto que Jorge nos propuso. Cuando menos pensé andaba otra vez en medio del encierro de la cuarentena con la cámara en la mano… los disparos empezaron a llegar. 

LA IDEA SE CONCRETÓ

Para no hacer tediosa está historia me adelantaré hasta el mes de junio de 2021. Me encontré un anuncio en alguno de los grupos de WhatsApp en los que estoy, donde invitaban a participar de un diplomado que Estudios Takeshima organizaba. Me postulé y afortunadamente me aceptaron en el diplomado Smart Stories.

Por estos días empezábamos a planear el regreso a clases al colegio y eso marcaba el fin de esa etapa de trabajo a distancia con mis estudiantes.

Empezó el diplomado y con él las ideas se agitaban en mi cerebro; literalmente tuve dos noches de poco sueño concretando la idea del proyecto audiovisual que quería hacer como entrega final del diplomado. La idea estaba supuestamente lista y debía esperar el día que nos darían las orientaciones para la escritura del guion. El sueño había regresado y entre apuntes en mi agenda había algunas ideas que no quería dejar pasar.

En este punto no había considerado mi proyecto pendiente de 2019, el de los murales de Siloé, todo iba por el camino de un filminuto, luego comprendí que esa idea, aunque parecía sencilla resultaba muy complicada dado esos 60 segundos mortales para mostrar el inicio, nudo y desenlace de una historia.

Una noche en medio de ese tiempo de intimidad con Dios, Él me dijo no te olvides de la Ruta de Murales de Siloé, yo quiero que cuentes esa historia. Y de una vez me dio el nombre del documental. El tiempo me ha enseñado que cuando el Jefe habla debo hacer lo que Él me dice.

A través de Diego Ruiz, mi compañero de trabajo que mencioné al inicio, le pregunté inicialmente por un artista que firma en sus murales como ApuSiloe a lo cual me respondió que sí lo conocía y me dio su contacto. me dispuse a contactarlo, pero descubrí que estos artistas son muy itinerantes; por sus desplazamientos y zonas donde debía llevar a cabo su trabajo la comunicación era muy escasa razón por la cual acudí de nuevo a Diego para preguntarle por otro artista que el conociera.

En este punto me preocupe mucho porque quien llegue a pensar que podía ser mi protagonista del documental ya no lo era y todo volvía a quedar como al inicio.

Diego me puso en contacto con Wilson Silva y de nuevo comencé con hacer contacto y establecer comunicación; lo primero que hice fue enviarle un mensaje de audio por whatsapp y para sorpresa y tranquilidad mía el respondió. Le conté cual era la idea y muy generosamente Wilson accedió a colaborarme con la realización de mi producto audiovisual.

EL TIMELAPSE

Quería comenzar con un amanecer desde la loma y cerrar con un atardecer y entrada de la noche; pero poder hacerlo implica desplazarme a la zona y llevar a cabo el trabajo, pero no contaba con la disponibilidad de tiempo para hacerlo. Fue entonces cuando recordé a Juan David Bolaños, un estudiante egresado del colegio a quien le pedí el favor de hacer la grabación de un amanecer y un atardecer con el cual haría el timelapse de apertura y cierre del documental.

EL DIA

Nos pusimos de acuerdo y fijamos el 07 de agosto de 2021 como el día para el rodaje, pero como les había dicho antes estos artistas tienen una agenda de trabajo muy ajustada y viajan mucho. En una llamada que le hice para ajustar detalles me dijo que para ese día no alcanzaba a llegar de donde estaba. Para ese fin de semana en mi trabajo nos había dicho que la semana siguiente iniciábamos de nuevo con los estudiantes después de 15 meses de trabajo desde casa.

La vaina se complicaba y solo tenía una sola oportunidad salía a grabar, si o si el martes 10 de agosto. Me lancé y le dije a Wilson, hagamos esto el martes desde las 8 am y él me respondió afirmativamente. Ahora estaba comprometido con mi documental, pero debía pedir permiso en mi trabajo para poder ir a grabar.

Dos años después de pensar en la idea ya estaba a punto de llevarla a cabo y no podía dejar pasar la oportunidad, a esto se llama el punto de no retorno, y como si fuera un final de ciclismo de etapa plana me lance al embalaje final metiendo todas las ganas, fuerza y disposición; aquí no había ni tiempo ni espacio para fallar era todo o nada.

Previamente y con la autorización de MetroCali lleve a cabo unas tomas en las estaciones del MioCable y grabé la presentación; ahora me dirigía a la Estación Lleras Camargo en compañía de Felipe Mosquera (Zakiel) como asistente de grabación para darle final a la idea con la grabación que tenía programada según el guion que le entregue a Jaime Quintero el profesor que estudios Takeshima nos había dispuesto para el diplomado.

Felipe, además de asistente de grabación también iba con el propósito de vivir la experiencia de caminar la loma porque le había pedido el favor de componer y cantar el tema principal de mi documental (Graffiti).

Comenzamos en el tanque de La Estrella, la misma que brilla en lo alto de la loma y se puede ver desde cualquier punto de Cali, bajamos al muro Yo Amo A Siloé, luego visitamos el barrio Venezuela para ver el mural del Polaco y finalizamos en la pared del cementerio de Siloé; y así vio la luz “La Ruta: Murales de Siloé” Un documental hecho con mucho corazón cuya firme intención es ayudar a visibilizar el arte urbano que hay en Siloé, las expresiones que nacen en sus habitantes y los gritos de quienes a diario viven en este sector de nuestra Cali Bella.

CENTRO VIDA “EL VALLE ESTA EN VOS” de visita en El MULATO CABARET

Los Centros Vida son instituciones de carácter público, los cuales se identifican como el conjunto de proyectos, procedimientos, protocolos e infraestructura física, técnica y administrativa orientado a brindar a las personas adultas mayores una atención integral durante el día haciendo una intervención que impacte en su calidad de vida y bienestar.

El Centro Vida “El Valle está en Vos”, con tres sedes en las comunas 7, 16 y 20 de la ciudad de Santiago de Cali, es un proyecto liderado por la Gobernación del Valle, donde se les brinda un cuidado integral a 150 adultos mayores.

Durante el mes de septiembre La Fundación Swing Latino en cabeza de su director y creador Luis Eduardo Hernández y las directivas del Liceo del Ejército Pichincha conjugaron sus iniciativas sociales para llevar un momento de esparcimiento, música y baile, a los 150 Adultos Mayores que participan en el Centro Vida “El Valle está en Vos”.  El evento se llevó a cabo el 4 de septiembre con motivo del Amor y la Amistad, en las espectaculares instalaciones del “Mulato Cabaret”; los beneficiarios del Centro Vida cuyas edades oscilan entre los 60 y 90 años disfrutaron de un magnifico show de Salsa del más alto nivel y una sesión de clase dirigida por un Instructor de la Academia.

En este sentido, el artículo 16 de la Declaración política de la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, organizada por Naciones Unidas dice: “Reconocemos la necesidad de fortalecer la solidaridad entre las generaciones y las asociaciones intergeneracionales, teniendo presentes las necesidades particulares de los más mayores y los más jóvenes y de alentar relaciones solidarias entre generaciones”.

Es así como el Liceo del Ejército Pichincha y el Centro Vida han venido realizando encuentros intergeneracionales entre los alumnos que hacen labor social y los adultos mayores enriqueciendo y acercando estas generaciones sensibilizando a los jóvenes sobre el envejecimiento y compartiendo actividades que desarrollan los beneficiarios en cada sede

A continuación se publican algunas apreciaciones de los adultos que manifiestan su experiencia en el Mulato Cabaret.

“Estoy muy agradecida por esa invitación, porque uno se siente fascinado con ese lugar, ojala y Dios permita sea la primera pero no la última vez, ese lugar me trajo muchos recuerdos, la música que escuchábamos cuando éramos jóvenes y estar con ellos fue maravilloso” Aura Celmira Cabezas-CENTRO VIDA.

“Yo los había visto por televisión pero no sabía que tenían eso tan lindo, es todo un palacio ese lugar, incluso le dije a mi nieta para que ella vaya, yo no sabía que existía. Los estudiantes del Liceo muy atentos con todo yo fui muy feliz” Oneida Osorio-CENTRO VIDA.

Por parte de los alumnos su agradecimiento por el acercamiento con el Centro Vida por que aprendieron a valoran al adulto mayor y  a comprender  como el proceso de envejecimiento los hace responsables de  apoyar, querer y respetar a sus mayores.

Los Adultos Mayores se benefician de este tipo de actividades tanto a nivel físico como emocional, dentro de lo  emocional experimentan un aumento de su vitalidad, autoestima y sensación de ser todavía útiles, así como la reducción de sentimientos de soledad. Y revivir sus años dorados como en los diferentes escenarios de la ciudad En el plano físico, destaca la mejora de la autonomía y la seguridad en la realización de actividades básicas. En el caso de los jóvenes, se forman una idea más positiva y no estereotipada de las personas mayores. Además, se benefician del intercambio de experiencias y transmisión de tradiciones, cultura y valores.

 

Las Ballenas Jorobadas y el Hombre o de La Expiación

La expectativa

El día llegó y gracias a la invitación que me hizo la C.V.C salimos rumbo a Buenaventura, el principal puerto Colombiano sobre el Pacífico, para hacer parte del lanzamiento de la temporada de avistamiento de Ballenas 2019; aunque a medida que nos acercábamos el clima no se avizoraba como el mejor la expectativa era total. Cada vez mas cerca de las ballenas Jorobadas. Todos hablaban de sus experiencias anteriores y que tipo de fotografías querían tomar; en mi mente hacia un repaso del guion que había escrito para llevar a cabo mi proyecto “Las Ballenas Jorobadas y el Hombre”.

Ya en Buenaventura aprovechamos parte de la tarde para hacer algunas compras y visitar el sector del malecón; cada equipo de trabajo de los diferentes medios de comunicación que viajábamos estaban reunidos poniendo a punto detalles y esperando el evento de la noche en el cual se presentarían un grupo de mujeres “Cantaoras”; no esta mal escrito, así se le llaman a las mujeres que en esta región del país entonan los diferentes tipos de cantos según sea la celebración que lleven a cabo. La tarde caía y el cielo cada vez más plomizo nos hacía dudar del día de mañana, todos miraban hacia arriba y sus expresiones no eran las mejores, de toda manera el optimismo vencía por momentos.

Una hora antes de la cita que teníamos para ver el atardecer la mayoría estábamos refugiándonos de la lluvia en una cafetería que está ubicada en el malecón hablando de cosas, había risas, personas que nos observaban revisando nuestras cámaras y drones; el calor y la humedad hacían de las suyas, pero la expectativa seguía intacta. A esta altura y escribiendo este texto, el día después, estoy seguro que habría sacrificado el atardecer, pero las fotos ya están; y si la lluvia menguo y en masa nos fuimos a la terraza del Hotel Cosmos donde nos pusimos de frente al sol.

El marco se describe de manera sencilla: una gran masa de nubes que viajaba del océano pacífico hacia el continente, la cual por no mas de 45 minutos se rompió y abrió un gran boquete en el cielo y quedó sobre nosotros; la sociedad portuaria de Buenaventura a la derecha, a la izquierda la zona del malecón detrás una gran entrada de mar con una isla como cierre de esta composición y bien al fondo el sol que se abría paso entre las nubes, aquellas que no dejaría de mojarnos con su lluvia; el astro rey caía rápidamente y ese color amarillo-anaranjado se imponía sobre la bahía. Las fotos llegarón y a eso de las 6:24 pm el instante preciso en el cual el sol se ocultaba, de nuevo ese rocío de agua nos caía y se convertiría en una fuerte lluvia.

El malecón y sus presentaciones ya estaban dispuestos y la lluvia no menguaba; entre sonidos de bombos, cununos, marimbas y guazas la gente se reunía y extrañamente disfrutaban. Porque en medio de la lluvia permanecían, algunos con paraguas otros escampando en carpas y los demás por ahí, deambulando y sintiendo la lluvia caer sobre ellos. En el momento de mayor intensidad de la lluvia, mientras se presentaban un grupo de músicos juveniles y esperábamos a las Cantaoras, observé al lado derecho del lugar donde me encontraba y vi en unos columpios a dos niños jugando disfrutando del vaivén totalmente empapados y sin muestra de querer refugiarse de la lluvia. En ese instante la presentadora del evento dice “aquí en Buenaventura estamos acostumbrados a mojarnos y disfrutar con la lluvia” así me daban respuesta a eso que normalmente yo le huyo, a la lluvia y a dejarme mojar de ella.

La noche terminaba y la expectativa seguía intacta, aunque la realidad decía otra cosa; solo quedaba descansar porque el día esperado llegaría, sin saberlo La Expiación se aproximaba.

La Expiación

 7:00 am, esa era la hora del encuentro en el muelle para desayunar y salir rumbo a Juanchaco donde se desarrollarían una serie de actividades entre ellas el avistamiento de las ballenas jorobadas. Efectivamente pasado el desayuno nos embarcamos en las lanchas que la C.V.C tenia dispuestas para todos nosotros y la aventura apenas iniciaba.

Mientras esperábamos la orden de salida para nuestra lancha el tema de conversación era el mismo y todos coincidíamos en querer tomar la fotografía de este inmenso mamífero, el mas grande del mundo animal, en vuelo mientras sale despedido del agua y permanece en el aire por un par de segundos.

En el guion que había escrito y que llevaba guardo en un archivo PDF en mi celular aparecían las siguientes fotografías que quería lograr: Saltos, Colas, Nivel, Personas observándolas, Expulsando agua a nivel, Salto con lancha al fondo, Madre e hijo, entrando al agua mostrando su joroba. Estas ideas estaban mi mente mientras esperábamos la salida, pero también tenía presente la conversación que previamente había tenido con Raúl Palacios, reportero gráfico del diario El País, donde me contaba sus anteriores experiencias fotografiando las ballenas y me desilusionaba un poco al reconfirmar que era cuestión de suerte lograr la anhelada foto, el salto de la ballena, además que el tiempo era ínfimo; fue cuando me contó que las fotografías que están en el hotel Maguipi, las cuales yo las había visto en esta semana santa, estas las había tomado un fotógrafo Alemán que había estado cerca de dos meses en el hotel y salía en faenas de hasta 8 horas diarias para lograr las 5 fotos que mantiene expuestas en este lugar.

Con esa referencia y el cielo cada vez mas lleno de nubes partimos rumbo a Juanchaco; pero debo confesar que esta oportunidad era mi primera vez en llegar hasta este sitio, nunca había querido ir por evitar el sector del Paso del Tigre, lo más lejos que había decidido llegar era hasta Maguipi y esa oportunidad que lo hice el mar estuvo muy calmado.

Pero salimos y el horizonte no se divisaba a pesar de eso todos íbamos con nuestras cámaras en la mano listos para registrar aquello que se nos presentara en el camino; de la salida del puerto pasaron tal vez unos 10 minutos donde alcance a tomar dos fotos y fue cuando la brisa de lluvia se empezó a sentir y decidí guardar mi cámara en la bolsa plástica que había dispuesto para este momento; en este instante me dice la persona que viajaba a mi lado “mira esas nubes que hay al fondo… nos va a llover” y dicho y hecho.

Todos se empezaban a mojar por la lluvia y el viento se hacia presente, las olas golpeaban mas fuerte contra la lancha y el agua entraba como a baldados; algunos gritos se daban entre los ocupantes mientras la lancha encontraba vacíos de agua y caía fuertemente contra el mar. Pasábamos frente a la Bocana y las cosas se complicaban cada vez más.

Mi referencia era Maguipi y la tranquilidad con la que viaje de ida y regreso, pero en esta oportunidad la tranquilidad se convirtió en nervios. Las olas muy fuertes, el viento y la lluvia y obviamente el pensamiento de “yo porque vine por acá” y de inmediato surgía “si así es la ida cómo será la venida”. Al paso por Maguipi todo era un gran riesgo y mi temor crecía porque tenia claro que pasando por este sitio debía enfrentar mi mayor miedo “El Paso del Tigre”. Puedo describir esta experiencia como escuchar el Bolero de Rave que va de a poco aligerándose y llega al punto máximo con sus vientos, percusión y redoblantes donde la emoción de quien lo escucha lo lleva a hacer movimientos con sus manos y brazos simulando ser un director de orquesta. Haciendo el símil, iniciar el Paso del Tigre fue empezar a sentir que la orquesta tomaba fuerza y llevaba las emociones a su máxima expresión y pasarlo con éxito para llegar a nuestro destino fue un éxtasis total.

En este éxtasis nadie reía, las caras de las personas que ocupaban la embarcación se transformaron y el pánico se apodero de todo el mundo. Algunos buscaban su placebo de seguridad agarrándose del espaldar de adelante, otros se aferraban al borde de la lancha, había quienes se abrazaban fuertemente a su compañero; yo solo me aferraba fuertemente del espaldar de adelante y veía las maniobras que hacia el Capitán. Él observaba hacia los lados, ponía su mirada al frente y en algunos momentos daba una mirada a toda la gente que transportaba.

El mar se agitaba y con seguridad todas las personas recordaban al Creador; yo también lo hacia y en medio de las aguas turbulentas del Paso del Tigre recordaba el pasaje de la biblia en el cual Jesús acompañaba a sus discípulos en una salida al mar y mientras ÉL dormía se desató una gran tormenta. (Mt 8:23-27) En se momento lo despiertan y le dicen que están en peligro y que perecen y Jesús los reprende y se pone frente al mar y le ordena calmarse. Fue entonces cuando en medio de la situación, comprendí lo importante que es mantener cada vez mas fuerte, así como el oleaje, mi relación con Dios.

El paso del Tigre en una combinación casi perfecta de Lluvia, viento y marea en subida sirvió como Expiación para todos. El se encargo de poner las cuentas claras, recordarnos lo frágiles y vulnerables que somos. Por fin llegamos a Juanchaco y la expiación apenas iba por la mitad; aun hacia falta regresar y el viento no menguaba, aunque la lluvia sí, el sol se asomaba tímidamente ni sombra de aquel que se había dejado ver abriéndose paso entre las nubes la noche anterior.

Todos rondaban las calles de esta población y hacían parte del trabajo encomendado por sus medios, pero se sentía una tensa calma entre todos nosotros. Estoy seguro que cada uno a su manera se puso frente al mar, lo observaba y pensaba en la manera como sería el regreso; también estoy seguro que muchos pensamos que nos libraran de ese regreso evacuándonos en helicóptero, aprovechando que la gobernadora estaba en el lugar; tal vez otros preferirían que declararan cerrado el muelle y que ninguna embarcación zarpara hasta el día siguiente.

Pero como no hay deuda que no se pague ni día que no se llegue a todos nos llego el momento y el muelle no fue declarado cerrado, ni el helicóptero nos evacuo, a todos nos tocó subirnos en nuestras lanchas y tomar camino de regreso. Ahora sí y sin timidez, pero a su manera muchos se pusieron en manos de Dios. El mar se sentía agitado, pero no como en la mañana cuando llegamos. La expiación comenzaba su final.

La lancha en la que viaje fue la segunda en zarpar y con nervios le pregunte al capitán ¿Cómo ve al mar? ¿muy agitado? Y el sonriendo me responde esta tranquilito, apenas finalizando de responder le pregunte ¿Capitán, hace cuanto tiempo usted hace este trabajo? Y otra vez entre sonrisas esta vez me mira a los ojos y me dice son como 20 años. El momento comenzó y ahora mi meta era pasar por Maguipi lo más pronto posible; pero de Juanchaco a Buenaventura primero se debe pasar por el Tigre.

Estoy casi seguro que los ocupantes de la segunda lancha fuimos Expiados en su totalidad a la ida, sin importar en cual lancha viajaron, porque nuestro regreso a diferencia de la ida fue más tranquilo. Hubo olas grandes y un par de momentos en los cuales el Capitán Polo mostró su pericia, pero pasamos mi punto de referencia para estar en lo que llame el mar de la tranquilidad (Maguipi), vimos al margen izquierdo a la Bocana y por fin al fondo las grúas de carga del puerto de buenaventura; y llegando de nuevo la lluvia que fue protagonista en toda esta aventura.

Al muelle llegamos y todos exhalamos un suspiro que nos ponía de nuevo en tierra firme y como si se tratara de pasajero que aterrizan después de un viaje en avión todos al unísono aplaudieron y pusieron sus pies en tierra. Al llegar al hotel ya habían llegado los compañeros que viajaron en la primera lancha y su experiencia fue horrible con el mar; de igual manera los que llegaron en la tercera lancha, con el mar picado y la lluvia fuerte; en cambio a nosotros nos fue bien ¿nos pusimos a cuentas y recordamos nuestras fallas?, tal vez

Las ballenas ya fueron vistas en la zona que visitamos por los pescadores, pero en la salida que hicimos para hacer el lanzamiento de la temporada de Avistamiento de Ballenas 2019 ninguno tuvo la oportunidad de verlas, pero todos si fuimos Expiados unos más que otros.

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Hacienda Cañasgordas – Cali

“A principios del mes de marzo de 1789, un sábado como a las cinco y media de la tarde, tres jinetes bien montados salían de Cali, por el lado del Sur, en dirección a la hacienda de Cañasgordas.”
Tomado de libro Alférez Real
Eustaquio Palacios

La Hacienda Cañasgordas es el lugar donde se desarrolló la historia que Eustaquio Palacios nos contó en su novela “El Alférez Real”. Está ubicada al sur de la ciudad de Cali y fue construida en días donde no se sabía del desarrollo urbanístico de nuestra sultana del Valle hacia esta zona.

Don Manuel de Caicedo y Tenorio silenciosamente vio pasar el tiempo y lo que en otrora fue su residencia, una casa llena de lujos, con muchas personas que la habitaban, por la cual pasaban muchos visitantes y se llevaban a cabo grandes reuniones sociales; el tiempo se tomó el trabajo de hacerse propietario de ella a pesar que existían quienes podían cuidarla y mantenerla digna como fue al inició de sus días, también el tiempo y el descuido hicieron de las suyas.

Cañasgordas era la hacienda más grande, más rica y más productiva de todas cuantas había en todo el valle a la banda izquierda del Río Cauca. Su territorio era comprendido entre la ceja de la cordillera occidental de los Andes y el Río Cauca, y entre la quebrada de Lili y el Río Jamundí. mLa extensión de ese territorio era poco más de una legua de norte a sur, y varias leguas de oriente a poniente”. Tomado textualmente del libro El Alférez Real.

 

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Si expresáramos estas medidas hoy en día tendríamos que decir que la hacienda se extendía desde la vorágine en Pance hasta el Río Cauca, aproximadamente la zona que ocupa el corregimiento El Hormiguero; entre el Río Lili, que pasa por las oficinas de venta de la constructora Meléndez hasta el Río Jamundí el cual cruza un par de metros después de la entrada a la urbanización el Castillo; así nos podemos ubicar en la actualidad y comprender el tamaño que tenía este lugar.

Como decía al inicio, el tiempo empezó a pasar y la extensión de la Cañasgordas se fue reduciendo hasta quedar en lo que vemos hoy en día; una gran casona de tipo colonial a la cual el tiempo en compañía del descuido le pasó inclementemente.

Tal vez usted que está leyendo este artículo en el año 2019 no se percató del estado en el que se encontraba este icono de nuestra ciudad, y hoy solo ve lo que la restauración nos muestra, pero basta con decir que este sitio estuvo casi destruido, venido abajo en algunas de sus zonas y convertido en un potrero de vacas; en este caso la culpa no es de la vaca.

Hoy tenemos la oportunidad de ver en su máximo esplendor esta joya de la arquitectura colonial de Santiago de Cali, la cual es un baluarte cultural de nuestra ciudad que abre sus puertas para que la visitemos y tengamos la oportunidad de viajar en el tiempo y pararnos en un sitio que está lleno de historia; cada metro cuadrado que pisemos en la restaurada Cañasgordas tiene algo que contarnos, pararnos en sus balcones y divisar al horizonte nos permitirá ver lo basto que era su territorio, aunque hoy en día esa mirada se obstaculiza por los edificios que hay alrededor.

Ahora podrán cerrar sus ojos y hacer un recorrido por nuestra Cali de principios de siglo XVIII, imaginar esa pequeña villa con una Iglesia como La Merced, el Río Cali cruzando la ciudad y el viento recio de las tardes, las calles empedradas como lo relataba Eustaquio Palacios, La iglesia de San Antonio puesta como vigilante en lo alto de la colina con un incipiente barrio alrededor de ella y nuestra emblemática Hacienda Cañasgordas al Sur de la Sultana del valle.

Ella está de nuevo en pie, está de vuelta y viene con más de un siglo de historias por contar, porque aunque estuvo convaleciente, ella nunca perdió la memoria y los cuidados intensivos le dieron la oportunidad de escudriñar en lo más profundo de su territorio para que hoy en pleno siglo XXI, se presente a nosotros y cual viajera del tiempo nos relatará su historia en voz de aquellos que se dedicaron a estudiarla a desenterrarla de donde había quedado y la de nuestra Cali bella que creció y hoy se convirtió en la ciudad más importante del sur occidente Colombiano.

LAS AVES DEL RÍO CALI

Nuestro destino el Gato de Tejada y sitio de encuentro un punto entre el Edificio de Coltabaco y el Parque de los Poetas; muy madrugados las personas llegaban con la expectativa de salir a ver Las Aves del Río Cali; muchos de ellos empresarios del turismo que vivían por primera vez la experiencia de buscar aves en su hábitat natural.

En un espacio que no superaba las tres cuadras, ya habíamos tenido la oportunidad de apreciar cerca de 17 especies; esto era una pequeña distancia con un gran número de aves para lo que representaba el total del recorrido. En este momento apenas íbamos por el parque de la Retreta.

Esta gran zona verde llena de árboles ubicada a un lado del Paseo Bolívar sirve como albergue para una gran cantidad de aves; justo aquí nos sorprendió un Bien Pardo (Nyctibius griseus). Así como dicen que parece una extensión de una rama estaba este personaje; inmóvil se le veía y las personas aprovecharon para tomarle fotografías, se emocionaron al darse cuenta porque fue un gran premio poderlo encontrar; en ese momento se escuchó un lo tengo…lo tengo y para sorpresa de todos uno de nuestros acompañantes de recorrido había logrado una fotografía justo en el momento que el Bien Parado movió su cabeza y lucia como si nos observará.

Luego salimos de esta zona que corresponde al parque de La Retreta; no podría dejar pasar este momento para decir que este parque lleva el nombre de retreta porque es una manera de recordar aquellas presentaciones musicales que se hacían a inicio del siglo XX donde la banda municipal hacia presentaciones cada domingo, y además tener presente que el kiosko de color blanco que engalana este sitio es una réplica del que había en la plaza de Caicedo, que se encuentra a un par de cuadras, el cual es de estilo Neoclásico y cuenta con luminarias estilo francés.

El recorrido continuo; tomamos la ribera del Río Cali en sentido contrario al de su cauce, o sea, nos encaminamos hacia el Gato de Tejada. Un pequeño sendero al lado del CAM nos servía como camino para el grupo de personas que atentos escuchábamos las indicaciones de los funcionarios del DAGMA que nos servían como guías en el recorrido. Cada segmento del recorrido nos brindó sorpresas, ya habíamos disfrutado con el Bien Parado y ahora nos disponíamos a ver otro regalo, en lo alto de un árbol, en unas ramas desnudas casi secas estaban perchados tres Vencejos (Vencejo de Chapman – Chaetura chapmani) también llamado Vencejo de Alas Azules. Lo sorprendente fue encontrar a estos individuos perchados puesto que generalmente siempre están volando.

Cuando pasábamos frente a la notaria segunda nos encontramos un Gavilán Caminero (Buteo magnirostris), imponente en lo alto de una antena cual si fuera el guardián de estas calles y a escasos metros perchado en las ramas altas de un árbol estaba una Pigua adulta (Milvago Chimachima) pareciera que este sector del Río Cali lo resguardarán las aves rapaces. Las Piguas se han convertido en una especie que prolifera en toda la ciudad debido a que en la cadena alimenticia ellas se encuentran en el tope, es por esto que las encontramos por todos lados perchadas en árboles y antenas siempre a la espera de sus presas.

El Río Cali, nuestro anfitrión a esta altura ya nos dejaba ver su estado, una fuente de agua contaminada y mal oliente que pide a gritos la ayuda de todos para continuar cruzando nuestra incipiente urbe llevando vida y sirviendo de inspiración para los que ven a Cali como la Sucursal del Cielo. No obstante, se llevan a cabo campañas de limpieza y mantenimiento a lo largo de su curso; la administración municipal programa regularmente jornadas, pero todavía hay personas, especialmente habitantes de la calle que encuentran en él la manera para liberarse de los desechos que no les compraran en los centros de acopio de reciclaje.

Llegábamos al Gato de Tejada y la foto de grupo no se hizo esperar, el gato y sus gatas nos recibieron y entre ellas caminamos siempre siguiendo la Riviera del río como guía; fue si como llegamos a la parte trasera de la Casa Obeso Mejía y allí pudimos encontrar entre Canarios arroceros y Chamones a la tercera especie de Carpintero que tuvimos la oportunidad de apreciar en nuestra ruta del rio, era un Carpintero Buchipecoso, él sobre la rama de árbol muy concentrado en extraer pequeñas larvas nos enseñaba su destreza. Las otras dos especies de carpinteros que observamos fueron: Carpintero Real y Carpintero Habado.

Cumplida la meta de recorrer la ribera del río dimos por concluida nuestra caminata (2,10 Km) y registramos un total de 40 especies de aves de las 55 que se pueden apreciar; nos encontramos con aves migratorias que están llegando procedentes de Norte América, conocimos nuevas personas, pero sobre todo aprendimos a respetar y a Amar mucho más a las aves.

PD: Esta salida se hizo en el marco del Día Mundial de Turismo; evento organizado en la ciudad de Cali por la Policía Nacional (división turismo)

LISTA DE AVES

1.       Coquito

2.       Golondrinas azul y blanca

3.       Cotorra cheja

4.       Colibri colirufo

5.       Canario sicalis flaveola

6.       Azulejo

7.       Carpintero habado

8.       Amazilia Sauceroti

9.       Bichofue Pitangus

10.   Totolita

11.   Bien Parado

12.   Patiamarilla

13.   Sirirí

14.   Chamon

15.   Mielero Común

16.   Palomas

17.   Mirla Ollera

18.   Pechirojo

19.   Trepatroncos Campestre.

20.   Setofaga Petechia – migratoria

21.   Turpial

22.   Elania Copetona.

23.   Falco Cernicalo

24.   Eufonia Lanirostris

25.   Espiguero Capuchino

26.   Vencejo de Chapman

27.   Cucarachero

28.   Garza Patiamarilla

29.   Zenaida

30.   Torcaza Morada

31.   Gavilán Caminero

32.   Pigua

33.   Periquito Bronceado.

34.   Garrapatero

35.   Carpintero Real

36.   Guaco Común

37.   Atrapamoscas del Ganado

38.   Gallinazo

39.   Espatulilla.

40. Carpintero Buchipecoso


 

LAS AVES DEL CLUB CAMPESTRE DE CALI

En el marco de la Feria Ambiental CaliBio 2018, tuve la oportunidad de asistir al avistamiento de aves programado en el club campestre. Es bien sabido que nuestra ciudad es reconocida a nivel mundial por la gran cantidad de especies de aves que llegan y la habitan durante todo el año; porque tenemos especies endémicas y migratorias. En este orden de ideas no te debes sorprender si te dicen que en la parte alta del edificio de la gobernación por estos días (septiembre) llega migrando de Norte América un Halcón Peregrino o si por casualidad caminando por la rivera del Río Cali escuchas un escándalo entre los árboles, porque este es producido por las Guacharacas.

Bien madrugados y con la compañía de personas que por primera vez se enlistaban para un avistamiento de aves, salimos de Unicentro rumbo al Club Campestre. Ya en el sitio, nos dieron las instrucciones para llevar a cabo este ejercicio.

El club campestre de Cali, considerado una reserva natural dentro de la gran urbe dado que el bosque que lo rodea sirve de habitad para muchas especies de animales. Aquí llegamos y con las ganas de salir a ver a las aves en su hábitat natural tomamos binoculares y cámaras y emprendimos la ruta.

Nuestros guías del DAGMA dividieron el grupo en dos partes y a caminar nos fuimos. Durante el recorrido tuvimos la oportunidad de avistar 24 de las 130 especies que hay en el club. Nuestro primer individuo fue el Ibis de cara Roja, y nos explicaron porque tenían ese pico curvo y el ultimo de esa lista de 24 fue la golondrina.

El club campestre ha sido anfitrión de la Feria Mundial de Aves “Colombia Bird Fair” que se lleva a cabo cada año por el mes de febrero. Durante el fin de semana que dura este evento los amantes de las aves asisten a las conferencias organizadas y hacen avistamientos por diferentes zonas del municipio de Cali al igual que en el interior del club.

Después de haber visto a los Ibis de cara roja nos encontramos con los pellares y nos cruzaba en el camino un pequeño guatín; esto animales aquí en el Club Campestre han encontrado un hogar y ya hacen parte del paisaje natural de este.

Para las personas que hacían avistamiento por primera vez fue una grata experiencia porque encontraron en este plan una opción para compartir en familia y sobre todo para conocer las aves que tenemos en Cali, aprendiendo de su comportamiento, tipo de alimentación y sobre todo la manera de ayudarles a vivir en nuestra ciudad.

Listado de aves

  1. Ibis de cara Roja
  2. Garrapatero Mayor
  3. Pellar
  4. Cucarachero
  5. Sirirí
  6. Titiribí macho
  7. Titiribí hembra
  8. Azulejo común
  9. Pigua
  10. Gallinazo
  11. Loro cariseca
  12. Mirla ollera
  13. Tortolita Común
  14. Chamón
  15. Colibrí colirrufo
  16. Atrapamoscas ganadero
  17. Guacharaca
  18. Canario arrocero
  19. Ganso
  20. Pato criollo
  21. Chilacoa colinegra
  22. Carpintero real
  23. Carpintero habado macho
  24. Golondrinas

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FERIA FIT 2018

Convertir a Cali en un Ecosistema Fitness es el propósito del Director de este evento que se llevó a cabo por tercera vez.

El año pasado viví la experiencia de la Feria Fit, preguntando a los asistentes que significa ser fitness (ver video aquí) pero en esta oportunidad decidí ir más allá del significado y observar a las personas en su actividad física para descubrir aquellas expresiones faciales que identifican a cada uno mientras llevan a cabo su práctica; LOS GESTOS SON COMO LA HUELLA DIGITAL, ÚNICO EN CADA PERSONA.

En la Feria Fit se admira el cuerpo si esta estilizado, si esta muscularmente alterado, si se domina con habilidad para hacer una actividad física y sus visitantes buscan a este tipo de personas para tomarse fotografías, pero desde mi punto de vista hay algo que nadie observa y es la expresión que hace cada persona durante su esfuerzo físico para llegar al punto que todos admiran.

A mi llegada me encontré con un hombre que había sido entrenador en el reality súper humanos, y alrededor de él había un grupo de personas fotografiándose y preguntándole por su experiencia. Fue en ese momento que confirme aquello que sería el concepto de mi trabajo fotográfico “Rostros Fit”. Realmente no quería mostrar cuerpos esculturales, ni abdómenes marcados, ni hombros grandes; en esta oportunidad quería registrar a estos deportistas llevando a cabo su ejercicio físico y ver la transformación que sufrían en sus rostros producto de la fuerza o de la actitud en la ejecución.

La feria Fit tenia este año como invitado especial al chef FitMenCook y con él toda una experiencia de vida hecha en la cocina y evidenciada en los cuerpos de sus seguidores a través de su actividad física.

Iniciando el recorrido me encontré con los jóvenes que practican calistenia, aquella disciplina que se lleva a cabo en los parques donde sus ejecutores luchan contra la fuerza de la gravedad y su propia masa corporal. Ahora aprovecho para hacer una diferencia entre peso y masa: la primera es la fuerza que la tierra ejerce sobre un cuerpo y la segunda es una magnitud física que expresa la cantidad de materia de un cuerpo. En este orden de ideas las personas levantan masa que a su vez se ve afectada por la fuerza gravitacional convirtiéndose en peso.

En las personas que levantan peso, este provoca gestos que evidentemente varían dependiendo de la fuerza que aplican para poder mover las maquinas; quienes hacen rutinas de Zumba en cambio tienen expresiones de alegría demostrada en sonrisas mientras los instructores los motivan a dar mucho más; en cambio los que son amantes de las rutinas de cardio Kick Box sus expresiones son agresivas, fuertes e igual que la zumba, los instructores los van llevando por una serie de pasos y movimientos en los que los puños, patadas y combinaciones de patada y salto llevan a sus practicantes a vivir una experiencia artes marciales.

Estos dos días de Feria Fit han permitido que la industria Fitness de la ciudad viviera un encuentro donde pudimos encontrar exhibiciones deportivas, competencias, ventas de productos y alimentos saludables, pero sobre todo fue un tiempo para ratificar a Cali, La Capital deportiva de América, en un verdadero Ecosistema Fitness en el sur occidente colombiano.

Entre los asistentes y participantes teníamos “toneladas de Kilos” levantados, suena raro, pero es para referirme a la gran cantidad de peso levantado, que da como resultado cuerpos modificados.

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Carrera del Zoo – Lanzamiento

Juancho Correlón llevó a cabo el lanzamiento de la Carrera del Zoo 2018 en el Zoológico de Cali; la cita fue en la zona de los andes colombinos, espacio que la dirección del Zoológico de Cali dispuso con la ambientación que incluye el tipo de vivienda típica de esta región geográfica colombiana y los animales que la habitan.

La carrera del Zoo se llevará a cabo por segunda vez y han dispuesto dos distancias para que los amantes del running disfruten de una experiencia diferente. Se correrá 1,5k, la cual está orientada a niños mayores de 4 años para que la corran acompañados de un adulto y la 7K para niños mayores de 10 años y todo aquel que quiera hacer este tramo.

Esta carrera contra con la participación de un grupo de jóvenes patrocinados por GDO gases de occidente, los cuales hacen parte de un programa especial que esta empresa lidera hace más de 10 años con niños y jóvenes del sector de Potrero Grande en el oriente de Cali.

La carrera del Zoo ofrecerá la posibilidad de hacer un recorrido por la margen derecha de la cuenca media del Río Cali, la cual se ubica al occidente de la ciudad, y a diferencia de otras carreras esta tiene el gran atractivo de hacer parte de su trazado dentro de las instalaciones del zoológico.

El domingo 16 de septiembre a partir de las 7:00 am se dará inicio a la carrera y al finalizar los participantes podrán disfrutar de los atractivos que ofrece el zoológico. Se recomienda llegar haciendo uso del sistema de transporte masivo (MIO) porque el zoológico no cuenta con parqueadero para dar abasto a la cantidad de personas que lo visitaran este día.

Así que anímate a participar y a disfrutar de una carrera diferente.

Informes en www.juanchocorrelon o en el centro comercial centenario.

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