… A cada uno de los muros de cada hexágono corresponden cinco anaqueles; cada anaquel encierra treinta y dos libros de formato uniforme; cada libro es de cuatrocientas diez páginas; cada página, de cuarenta renglones; cada renglón, de unas ochenta letras de color negro. También hay letras en el dorso de cada libro; esas letras no indican o prefiguran lo que dirán las páginas. Sé que esa inconexión, alguna vez, pareció misteriosa. Antes de resumir la solución (cuyo descubrimiento, a pesar de sus trágicas proyecciones, es quizá el hecho capital de la historia) quiero rememorar algunos axiomas.
LA BIBLIOTECA DE BABEL
Jorge Luis Borges
El paseo Bolívar, un lugar icónico de la sultana del valle, albergo durante una semana a La Feria Internacional del Libro, la cual traía consigo gran cantidad de conocimiento en cada uno de sus pabellones, todos ellos nombrados de una manera muy singular de tal manera que solo aquellos dueños de casa, o sea caleños, comprenderían sus nombres.
Llevar a cabo el acto de la lectura, maravilloso por demás, trae como consecuencia para quien lo hace abrir nuevas oportunidades a su vida dado que la lectura, sin importar su contenido, sencillamente es aprendizaje.
En esta oportunidad La Feria trajo como protagonista a “María” la obra cumbre de Jorge Isaac y alrededor de ella se tejieron una serie de actividades literarias con las cuales los cientos de visitantes que se dieron cita interactuaron y rememoraron esta historia que cobró vida en nuestro Valle del Cauca
También hubo espacio para los conversatorios donde los asistentes tuvieron la oportunidad de escuchar y hacer preguntas a los invitados. En esta oportunidad nos acompañaron Diana Uribe y el Caricaturista Vladdo entre otros.
Andrés Caicedo: este joven autor Caleño caído por su propia mano (suicidio) también tuvo su espacio para que los visitantes recordaran la obra y oscura vida de este incomprendido que a los 25 años decidió poner fin a su vida.
Pero volvamos a la feria y a sus libros. Este dúo nos permitió volver a la esencia del conocimiento, a aquel acto sencillo que desde niños nos lleva a querer saber que dice un texto, largo o corto, pero con un contenido al fin y al cabo. Entre hojas y letras el visitante, en este caso el lector, busca aquello que es desconocido y que no quiere darle a una pantalla de su computadora celular la oportunidad de conocerlo.
Como si se tratara de aves de presa los amantes del libro y su contenido llegaban y se daban una vuelta para descubrir que había; luego pasaban por aquellos lugares donde estaba el contenido que deseaban y empezaba la nueva cacería. Tal vez por autor o tal vez por tema, tomaban uno u otro y comparaban. Se hacia una lectura rápida de todo a la vez.
Los libros como si se tratará de mascotas que quieren ser adoptadas se mueven armónicamente sobre las manos de las personas; y a los niños les hacen sus mejores caras, casi que los cotejan para ser llevados. Ellos, los lectores, siguen indecisos pero con seguridad en sus corazones está el deseo de llevarlos a todos y darles su lugar en la biblioteca que tienen en casa.
Leer… un simple ejercicio que nos lleva a la libertad tiene en la feria del libro un momento, de una semana, para que el romanticismo de poder palpar, oler, subrayar, leer y releer no se pierda entre nosotros y para nacer entre otros.
Hoy en el tiempo de las redes sociales, los Youtuber, la selfie, el me gusta y los seguidores sigue vigente la lectura primitiva, aquella que se hace atraves de un libro y que nos invita a imaginar cosos que la tecnología no puede ni podrá ofrecernos.
A pesar de vivir el tiempo de los video-tutoriales, el principio básico de todo aun sigue vigente y aun para llegar a ser YouTuber, Influenciador o Bloguero debemos saber leer y esto aunque muchos digan que no, esto se aprende a traves de un libro… ¿o acaso no recuerdas a Nacho?… El que lee.